“ARCA VIDEO: Archivo y Base de datos de Video Arte Argentino”, es un proyecto sin fines de lucro que busca accionar una práctica de conservación, difusión y exhibición del video argentino, facilitando el acceso a un corpus de producción artística valiosa y sostenida por parte de estudiantes, artistas, investigadores, profesores, curadores, teóricos y público en general. Procura la puesta en valor y el reconocimiento del trabajo de artistas reconocidos, así como el impulso a la experimentación de nuevos realizadores y focos de producción, posibilitando el análisis, la investigación y la historización del video arte, dentro y fuera de Argentina.
Carol Illanes: Por qué, cómo y quienes inician el proyecto ARCA VIDEO, cuál es la vocación primera.
Mariela Cantú: Tiene que ver en un principio con un contexto institucional: no había ningún archivo de videoarte en Argentina. El proyecto lo inicié con una beca de la Universidad de la Plata (donde vivo, trabajo y hago clases), que me dieron en el 2008. Uno de los temas que más trabajaba era el videoarte. Y pasaba que uno hablaba de obras, pero no se podían ver los trabajos, entonces era muy frustrante para los alumnos y para los profesores. No es como una reproducción de un cuadro. El video tiene y sigue teniendo una circulación bastante restringida. Desde que empezamos este proyecto los propios artistas empezaron a ver que era necesario mostrar sus trabajos y abrir canales de Vimeo. Entonces hay un punto de partida que tiene que ver con la relación de Argentina con los archivos, sobre los audiovisuales. Esa beca termina y a partir de ese momento ARCA VIDEO tuvo que volverse forzosamente, o necesariamente, un proyecto autónomo. Y ahora somos cuatro integrantes Fabiana Gallegos, Laura Albañir y Maia Nabas que es una artista y curadora del interior del país.
Fue un trabajo bastante intenso, a mí me tocó hacer como primera medida una base de datos, un relevamiento mínimo, con un corte, que creo fue el año 1989 al 2009, de videos que habían sido exhibidos en Buenos Aires (y ahora nos seguimos ampliando en la medida en que podemos). Aparecieron casi ochocientos videos, que es una cantidad inconmensurable para un trabajo de un equipo tan pequeño. Comenzamos por hablar con todos los realizadores, pedirles una autorización y colgar los videos. De un tiempo a esta parte esto cambió mucho, con la circulación de este tipo de videos en internet. Entonces en ARCA VIDEO otra forma de tener el archivo es linkeándolo en donde estén en Vimeo o Youtube o donde sea.
Internet siempre lo veo como una especie de mal necesario. Porque en realidad un acervo como el que podría armarse de videoarte argentino, es algo que tendría que estar custodiado, que tendría que tener un archivo físico, que cumpla con sus normas de almacenamiento y de conservación que hoy en Argentina es impensable.
CI: Entonces inicia con una idea que pareciera ser bastante genérica, “hacer un archivo” y luego tiene que anclarse, como todo proyecto, en todas las condiciones materiales y contextuales que implican tanto una adaptación o una negociación con una institucionalidad, carente siempre, y, por otro lado, la historia misma del video, y su proliferación.
MC: A mí me gusta este proyecto porque estamos permanentemente pensando si lo que estamos haciendo está bien, o va bien encaminado. Sería muy necesario que esto tuviese un carácter institucional, que algún museo de arte, que alguna secretaría de cultura pudiese o le interesara albergar un proyecto así. Como no está pasando, entonces lo hacemos nosotras.
La realidad es que –y esto es un dato un poco curioso, yo no tengo una hipótesis de por qué sucede– otros archivos similares a ARCA, que existen todavía por lo menos en Sudamérica, son todos autónomos. Evidentemente el video sigue teniendo, y no sé por qué –porque ya tiene varias décadas de institucionalización–, un lugar un poco marginal dentro de una historia más canónica del arte y dentro de ciertas de políticas culturales. El tema de archivo y conservación, específicamente de obras de arte audiovisuales de Sudamérica, está bastante en pañales. Excepto quizás el caso de Brasil, que tiene este gran acervo, Videobrasil, uno de los más grandes, de video latinoamericano. Y después otros proyectos, por ejemplo en Chile está U-matic, que tiene una plataforma web, pero es un proyecto que no sigue corriendo. Después el archivo de nuevos medios en Ecuador (Asociación Archivo Nuevos Medios Ecuador), que lo gestionaba María Belén Moncayo. En Colombia hay dos, uno que trabaja Marta Lucía Velez 1, otro de Gilles Charalambos de la historia del videoarte colombiano (Aproximación a una historia del videoarte en Colombia). Pero no sé a qué se debe.
CI: Es sintomático eso de que sean todos proyectos autónomos los que levantan estas grandes plataformas de recopilación, que inician así, pero que luego se convierten en oportunidad para reflexionar sobre las mismas categorías, más allá de la mera archivística.
MC: Claro. ARCA VIDEO por un lado es un archivo, es una base de datos también, aunque funciona yo creo más como una plataforma de, si se quiere, centralización de información. Porque hay muchos de estos videos que están dando vueltas por ahí, pero lo que faltaba era agruparlos, y también poder generar un ingreso con ciertos criterios. Luchando con esta falacia del internet que está toda la información y la democratización de la información y todo esto, pero por sobre abundancia uno nunca encuentra lo que necesita.
Pero también, ahí tocaría discutir como categorizamos nosotros eso. Qué es videoarte y qué no. Es un lugar común decir que es un archivo abierto, pero está realmente abierto porque no solamente se abre al ingreso de nuevas obras, sino porque nosotros necesitamos reformular todo el tiempo las categorías por las que entendemos video.
De un tiempo a esta parte hemos entrado en el video y su vinculación a otras artes, con otras prácticas artísticas. Incluso llegamos a discutir entre nosotras si todavía sigue siendo válido pensar ARCA VIDEO como un archivo de videoarte, porque creo que la BIM (Bienal de la Imagen en Movimiento), por ejemplo, da cuenta de los periplos que toma una determinada práctica artística que en un momento necesitó ser fuertemente delimitada como el video, sobre todo en los noventa, cuando entra al circuito institucional de los museos en Argentina.
Ahora me parece que el video participa de un escenario bastante más interesante y con bastante más ebullición y la gente lo usa también muy libremente. Si hay algo que caracterizó el video, por lo menos en sus orígenes, es que no es necesariamente gente previamente ligada al audiovisual y al video la que trabaja en ese marco. Entonces de pronto, por qué no ingresar un video que hizo una persona una única vez. Qué se yo, un pintor que quiera hacer un video, también puede pensarse como videoarte. Ni hablar de la gente que mezcla video con cine o cine experimental. Habrás visto algo de eso en la BIM, que hay una escena muy linda de recuperación del super 8, 16 mm, formatos fílmicos en un espacio reducido en esta vertiente experimental. Entonces, en rigor en ARCA VIDEO no podría entrar, pero ya empezamos a incluir otro tipo de idea del audiovisual, que no necesariamente esté tan ligado al soporte.
CI: Pero en ese sentido qué ocurre con el estatuto del “archivo video”; porque ocurre esto que se da en Latinoamérica de esta forma, pero me imagino hay también algo relacionado al video como cosa, con su identidad, en síntesis, ¿cómo se relaciona el archivo con el video en particular?
MC: Hay una cuestión problemática en relación a la especificidad en la gestión del video. Porque el video, en su propia condición tecnológica, necesita constantes migraciones; por ejemplo, si en los 80 tenías un U-matic, esta cinta hoy necesita haber sido migrada varias veces de soporte (a un VHS, después a una subida digital, etc) para que pueda verse. Eso necesita de un trabajo por detrás, que se vuelve un asunto problemático de presupuestos. Pero, y sobre esto hemos hablado con varios archiveros; esto no es el trabajo que puede tener una visibilidad extrema o con lo que puedas ganar dinero. Son cosas que circulan muy por debajo, que están ahí para quien los necesita. Entonces, es diferente, a una gran exhibición, a una gran apertura. El archivo un trabajo que uno tiene que tomarse muy en serio, y sin esperar demasiado a cambio, demasiado reconocimiento.
Fabiana Gallegos: De alguna manera generar un archivo es contingente a una época y a un contexto histórico. Nosotros estamos construyendo o contribuyendo a una posible recopilación de materiales audiovisuales que pertenecen a la Argentina, cuando se empieza a ver “qué es el video argentino”, algo muy contingente y muy necesario.
Sobre los dispositivos, en nuestro caso implica por ejemplo intentar tener la copia más cercana. Teniendo en cuenta que estamos hablando de video y la primera premisa que pensamos en torno a él es que es una copia. Por eso cuando hicimos el ciclo en el MACBA, invitando a varios artistas, fue muy interesante como la mayoría de las personas tenía la idea de tener sus obras compartidas, abiertas, cuestión que tiene mucho que ver con el dispositivo mismo con el que están trabajando. Porque simplemente decir que existe en internet, es un meollo de una perdición gigantesca. Entonces se trata de poner un ojo, un cierto criterio, un cierto organigrama y que no muera, porque la siguiente tarea no es solo hacer un archivo, sino que sea levemente de acceso y de educación, que tiene su recompensa a posteriori y no tanto en subir un archivo, algo tan mecánico.
Los límites con las artes visuales están totalmente abiertos. Y con todo tipo de arte. Lo que a mí me gusta del nombre “videoarte” –porque por ejemplo Graciela Taquini nos decía “quizás tienen que empezar a cambiar el nombre”–, es que si bien acá se empieza a pensar en los 90 el contexto internacional, el videoarte surge justamente como esa herramienta que se encuentra, en los 60, que empieza a hacer converger otras artes, metiéndolos en una licuadora. Una libertad de convergencia, de ampliación que permite el video, el dispositivo, el soporte y todo lo que conlleva (que no había sido anteriormente con el cine, que no había llegado a ese nivel y sí la imagen y el dispositivo electrónico). Es importante que se mantenga el nombre, porque habla de un contexto histórico y un pensamiento filosófico, ampliar los territorios liminales, romper con ciertas taxonomías.
Y eso genera la libertad con la que nos encontramos por ejemplo en las curadurías. No es lo mismo ver un video en internet que en una sala, es interesante también que el video se posicione en un espacio oscuro, donde la gente sea consciente también de que va a ver eso y va a ponerle cien por ciento de atención. Esa pequeña ceremonia me parece que era importante para que toda esa versatilidad o esa inmaterialidad, o quizás hasta evanescencia, que pueda tener lo virtual en internet, se materializara, que generase una especie de cofradía en donde volvamos a tener discusiones de videos de los 80, al lado de otros del 2013. Esa es libertad que tuvo ARCA VIDEO; al general un archivo también vas generando un tiempo-espacio, que es grande en el correlato argentino ya, treinta y tanto años.
CI: El archivo tiene una condición bastante tensionada, porque por un lado, como decían, es relativamente invisible respecto a otros dispositivos de circulación, pero por otro hoy proliferan, se acumulan desmesuradamente, reflejo de la idea de que “todo puede ser un archivo” o “todo puede transformase en un archivo”, y están ahí, esperando a ser leídos. Y otra cosa es también la historiografía y su crisis –una preocupación estructural a la condición contemporánea del arte–, allí el archivo agarra un estatuto, pierde la unidad que le permitía establecer un proceso lineal histórico. Lo que ustedes dicen sobre estas posibilidades de relación con el presente, creo tiene que ver con este recambio; ya no tenemos el aval de la historia con mayúscula y el archivo bajo esa concepción unitaria, pero tenemos otras posibilidades de articular estos relatos con el presente. Quería llegar a otro punto con esto, y es cómo se relaciona con el soporte en el que está, el de internet, una plataforma, tomando las palabras de Hito Steyerl, que es un “campo de batalla para las agendas comerciales y nacionales” donde convive “material artístico y experimental, pero también cantidades de porno y paranoia”.
MC: me parece que hay un contexto general de proliferación del archivo, del que hablabas, pero que todavía sigue siendo un tanto nominal. Es muy políticamente correcto, apoyar los archivos desde una declaración de principios muy abstracta y muy general, y la verdad es que en términos de políticas culturales, eso no sucede. Y al menos en Argentina, otros archivos que tienen que ver no necesariamente con videoarte pero sí con la imagen audiovisual, tampoco terminan de ser operativos, hay una distancia en la que también uno necesita ubicarse y eso tiene que ver con esta decisión de que ARCA VIDEO sea una pagina web, por hoy.
En un punto la idea de ARCA VIDEO fue generar una base de datos relacional. Ingresando a ARCA VIDEO puedes entrar de distintas maneras. Y hay una cosa, que a mí me parece interesante, que es la entrada por “Categorías”. No categorías temáticas, que es lo que sucede con la mayoría de los archivos, en los criterios de catalogación. Los artistas no creamos nuestros propios criterios de catalogación; hace un tiempo, el arte contemporáneo se apropió de los archivos y eso me parece muy audaz. Si uno se compromete a hacer de eso un pensamiento estético, un pensamiento político, me parece que podríamos llegar muy lejos. De hecho esta muestra que te comentaba Fabiana, se llamaba “Poéticas de Archivo”.
FG: Del internet el día de hoy, en esta instancia de mercantilización, se tiene esta idea de que es algo tan democratizado, y uno se encuentra con estadísticas aterradoras como que el 50% de páginas que existen en internet no aparecen en Google. Internet tiene esto de rankear, de ordenar en base a las visitas. Entonces algo bueno en ARCA VIDEO es que por un lado no jerarquiza la información, la exhibe en una lógica mucho más de las redes, en donde sí aparece algo más cercano a la democratización porque te puedes encontrar con videoartistas muy distintos. Y por otro lado, también aparece el gesto de dejar los nombres que tenemos en el archivo y los que no tenemos en línea, detectar eso que falta, ese agujero. Y que no es una falta tampoco, que también es parte del archivo, no basta con acoplar todo sino ser consciente de eso que no tienes, pero que existe.
CI: ARCA VIDEO tiene claramente una propuesta estética. Me imagino se relaciona con que de las personas que trabajan en allí varios son artistas, producen obra. Entonces hay una tarea que excede la mera acumulación, una relación desde la calidad de autor quizás. Porque ustedes no son archiveras, son productoras de arte también.
MC: Sí. En ese contexto nos interesa pensar también, y creo que parte de eso aparece en la interfaz de ARCA VIDEO, la posibilidad de la visualización de esos trabajos, de cómo un archivo se visualiza, ¿es posible pensar un archivo también poéticamente?, no solo por los elementos que contiene (que además en este caso son obras de arte, no información).
Si uno mira en general archivos de arte, de video o de artes audiovisuales en internet, en general uno se encuentra con plataformas muy parecidas. Entonces en ARCA VIDEO comenzamos a poner en juego esto de iluminar, de hacer esta especie de penumbra. Que uno puede ir entrando, tocando cosas, se ilumina lo que uno clickea. Que invite un poco a la exploración, no solo esta clase de archivo que se piensan para gente con cierto grado de expertise.
FB: Cuando Mariela empezó, probablemente no sabía mucho cómo es un archivo, tenía solo una idea. El archivo tiene un ordenamiento al que estamos acostumbrados. Pero hay algo que se puede ver en ARCA VIDEO, que detecta que no lo hizo alguien que archiva, tiene un criterio más de puesta en escena. Y ahí ingresa en un criterio que es más de obra y no simplemente de un archivo en los términos clásicos. Si uno quiere entrar a una información directa, uno va y pone el nombre. Pero si entras a la interfaz, te pone en jaque, si no te acuerdas del nombre, te invita a entrar. Me parece que ahí empieza a ser un pensamiento en una plataforma virtual, proponiendo otro tipo de archivo, que se acerca más a una obra que a eso que aparece cuando ponemos “archivo” en Wikipedia.
CI: Y proyecta una experiencia que es mucho más coherente con la naturaleza del archivo actualmente y la naturaleza del soporte en el que está, que es lo que tu mencionabas antes, lo opuesto a un mero traspasar el archivo físico al virtual, que sería un contrasentido.
MC: Está eso también que venimos muy limitados en cuanto a empezar a desarrollar un pensamiento metafórico en torno a todo el universo digital, incluso de cómo se usa lo digital. Por ejemplo, en el cine, es siempre esta cuestión imitativa y de hecho tenemos muy vapuleado de Windows, de toda esta imaginería Microsoft, la metáfora del escritorio cuando uno prende la computadora. Y eso es una operación sobre un campo simbólico; pensar que tu pantalla es un escritorio, no es inocuo.
CI: Me gustaría retomar algo que siento está en el aire de lo que han descrito que es esta preocupación actual sobre las mediaciones. La mediación que en este caso, cuando hablamos de cine experimental o videoarte, se atiende en forma de curatorías, y que me imagino comienzan a involucrar otro tipo de actividades. Hay hoy una preocupación no solo por crear audiencias, sino porque esa audiencia, administre críticamente, o tenga mejores herramientas para poder recepcionar un trabajo. Me parece que en esta línea hay una visión del archivo ya post-traumática, post-melancólica. Ya no una idea de retener el pasado, sino más ligada a una de construir; ya no solo democratizar ciertos contenidos, sino también hacer que quienes reciben se involucren de otras maneras con ellos.
MC: Se relaciona esto con lo que se espera de ARCA VIDEO, con el futuro. Respecto a la muestra que hicimos en el MACBA, que comentaba Fabiana, no solo era por ver las cosas en una pantalla grande, sino de la posibilidad de darse el tiempo con el trabajo. En internet uno está con cinco, seis pestañas abiertas al mismo tiempo. Vas y venís, incluso a mí me pasa. Veo un video de quince minutos y digo “¡ah, qué largo!”. Entonces el video está corriendo en varios registros distintos. Los que trabajamos audiovisual tenemos que empezar a contemplar esta cuestión de la mediación, directamente desde el dispositivo, directamente ligada a la tecnología. A nosotros nos interesa generar, esto que decías, una experiencia para el espectador.
CI: Y por otro lado, ese consumo virtual, del cual somos todos conscientes, imagino influye en la experiencia expositiva, la relación del museo con la producción de video experimental. Siento que ese es un tema muy importante, porque ocurre esto de que internet genera tipos de recepción y tiene sus propias condiciones, pero también es interesante pensar cómo estas condiciones determinan también una receptividad fuera de él. “No aguanto 15 minutos” tú decías, pero en un espacio museal eso también ocurre, te enfrentas a un video y pasa que incluso hasta un entendido en arte no resiste, un fenómeno que Hito Steyerl lo desarrolla muy bien: cómo cada sujeto es su propio curador de video cuando va al museo.
FG: Lo de las mediaciones es un tema que se está pensando. Y en este caso estamos hablando del medio más intermediático de todos que es internet. Todo eso que discurre por internet no tiene diferencias tangenciales entre sí, aunque sea cartas de amor y un video. Me parece que eso habla mucho de una cuestión de época y que hay que ser muy conscientes, porque favorece justamente esa intermediación. Pero ese favorecimiento construye una lectura donde perdemos un poco la perspectiva de esta masividad. Esa simpleza de acceso, esa facilidad de diálogo e intercomunicación, por momentos invita a un pensamiento simple, pero hoy estamos lo más lejano a un contexto simple. Es totalmente complejo.
El llamado es a ser conscientes de esa hipermediación o esas hipervinculaciones que se pueden generar y potenciarlas. Con Mariela hemos hablado que sería interesante hacer curadurías online. Que uno pueda ver media hora de una selección que se hizo, un programa, que se arme en base a una posible temática. Ahí se empieza a ser conscientes de este gran y hermoso problema que puede ser internet, pero que hay que activarlo y no solo dejarlo al libre albedrío de que todo se puede conjugar con todo, porque no todo se puede conjugar con todo, aunque parezca que sí.
ARCA VIDEO. Archivo y Base de datos de Video Arte Argentino
Idea, Dirección e Investigación: Mariela Cantú
Colaboradoras e Investigación: Laura Albañir, Fabiana Gallegos y Maia Navas.
Diseño de Interfaz Gráfica y Plataforma: Francisco Álvarez Lojo, Paula Castillo, Sebastián González Botasi, y Ezequiel Rivero.
Contacto: arcavideoargentino@gmail.com
www.facebook.com/arcavideoargentino
- El proyecto original, La Diferencia, mudó a un nuevo proyecto de investigación, hoy accesible desde el sitio de la Biblioteca Nacional de Colombia: https://www.bibliotecanacional.gov.co/content/cine-y-video-experimental-presentaci%C3%B3n ↩
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