Arte y Crítica

Ensayos - julio 2014

Desarticulados por el sitio. Sobre la territorialidad contemporánea

por Andrea Lathrop

Ante la inminente discusión por la regionalización y la descentralización de un país como el nuestro, surge la anacrónica pregunta por el espacio, el sitio, pero, por sobretodo, por aquellos espacios de tránsito o deslinde. Espacios que se encuentran en las periferias o en los márgenes de la ciudad contemporánea o bien poseen un carácter efímero que define su permanencia.

I. Regionalismo y centralización

En el debate político de los últimos años, y no ajeno al campo de las artes, el regionalismo y la centralización del país han sido temas importantes a discutir. No solo se trata de una herencia de la dictadura militar, en tanto Chile comienza su proceso de regionalización en el año 1974, sino que también un antecedente complejo al minuto de pensar en un país menos desigual –rescatando la amplitud que este concepto confiere– y, por ende, planear estrategias que contribuyan a contrarrestar las consecuencias de dicho proceso. Siendo la discusión que se ha dado en el campo de las artes al respecto de la necesidad de descentralizar las políticas y recursos culturales, como también ofrecer mayor visibilización a espacios que exceden a la capital.

Ahora bien, la pregunta por la región implica también preguntarse por el carácter de espacio y qué es lo que lo articula y confiere como estatuto, una especie de replegamiento hacia una pregunta abstracta que puede ayudarnos al minuto de reflexionar sobre el territorio. No obstante, acá no se busca dar respuesta al problema del regionalismo y la mala distribución, sino hablar de estos ‘lugares otros’, esos espacios alternativos que, aunque atemporales y atingentes, pueden dar luces acerca de los orígenes del territorio y sus deslindes. Una reflexión sobre los lugares que pueden ser considerados al minuto de pensar las desventajas del centralismo, una reflexión acerca de la utopía de la ciudad contemporánea y los espacios que esta produce –o debiera producir.

De esta forma, el ingreso que propone el presente texto en relación con la pregunta por la regionalización y el centralismo proviene más de un interés por pensar la territorialidad contemporánea; y por aquellos espacios que no se miden por los límites con el territorio, sino que se encuentran dentro de las ciudades, desclasificados y en los deslindes, pero cohabitando.

Pasaje Galería Temporal, 2014, fotografía de Claudio Guerrero.

Pasaje, Galería Temporal, 2014, fotografía de Pablo Guerrero.

II. De los no lugares

Una de las características propias de la ciudad contemporánea es su sistema de planificación y urbanismo que articula su crecimiento y los espacios a utilizar, los que a su vez representan una institucionalidad ante la conformación del espacio, cuestión que representa y transforma a la ciudad en un centro urbano. Ahora bien, ante la existencia de un centro, siempre es posible pensar que hay también un margen que, en este caso, corresponde a espacios y lugares que conforman un deslinde dentro de los que son las lógicas de la habitabilidad. Lugares periféricos, de tránsito y casi imperceptibles al ojo del habitante común, pero que aun así representan lugares y formas de vida fácticos dentro de las planificaciones de cada ciudad.

Estos espacios de deslinde, o como los definirá Marc Auge, estos “no lugares”, corresponden a espacios otros de la ciudad contemporánea, aquellos que no tienen una identidad lógica dentro de la ciudad, pero que pese a eso, existen y coexisten. Muy similar a los “espacios heterotópicos” definidos por Michel Foucault en su conferencia De los espacios otros, donde se refirió a las heterotopías o espacios heterotópicos como “espacios de afuera”, propios de toda cultura, y que cuya característica estaría en representar un “comportamiento desviado de la media” (humana).

“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar” 1.

Así, tanto los no lugares de Auge como los espacios heterotópicos de Foucault consideran la yuxtaposición de variados emplazamientos y la ruptura del tiempo tradicional, entre otros factores. Pero, por sobre todo, debemos pensar que estos corresponden a sitios y lugares presentes en nuestras ciudades, espacios fácticos que parecieran no representar un lugar de importancia dentro de la operatividad de la ciudad, pero que son lugares esenciales al minuto de pensar su funcionamiento, que no obstante, han ido mutando con el devenir de las ciudades –y las expectativas generadas por estas.

Pasaje Galería Temporal, 2013, fotografía de Claudio Guerrero.

Pasaje, Galería Temporal, 2013, fotografía de Pablo Guerrero.

De esta forma, y basándome en los ejemplos dados por Foucault, los cementerios, hospitales y manicomios representan esos espacios heterotópicos en la medida en que son sitios que exceden el paradigma del funcionamiento de la ciudad contemporánea. Espacios donde van a parar los que no funcionan –el manicomio y el hospital, en términos operativos, y el cementerio, en términos de finalidad. Y, por otro lado, pensando en esos no lugares de Auge, a esos espacios de tránsito, como los trenes y buses, sitios de intercambio espacio-temporal que parecieran ser terreno de nadie: puesto que nadie ‘vive’ realmente en esos lugares, sino que ‘los ocupa’ o los atraviesa.

Ahora bien, estos espacios propuestos por Michel Foucault ya no responden a las mismas lógicas en las que habían sido propuestas en la década de los 70, y más parecieran haberse incorporado a las normas de la ciudad moderna, pensemos en los manicomios, hospitales y cementerios, que ahora se encuentran incorporados a las lógicas de la ciudad. El mejor ejemplo de esto podría ser el traslado del cementerio a las afueras de la ciudad, al ahora ‘parque’ (del recuerdo, sendero, etc.) que embellece nuestro entorno, dejando atrás la idea del camposanto que resguarda a los muertos, para dar paso a lugares de transición y tranquilidad, dentro de la ciudad misma y ya no en los deslindes, bajo la promesa de que esos ‘otros’, que antes habitaban en los márgenes, hoy se encuentran incorporados y son parte de la ciudad.

Distinto es el caso de otros espacios que han surgido a partir de las lógicas de integración; ya no son las cárceles o los cementerios los que preocupan a la ciudad en tanto margen, sino espacios que podemos encontrar en nuestra ciudad y con los que habitamos (o cohabitamos) diariamente. Así, estos no lugares en la ciudad de Santiago pueden ser leídos como aquellos sitios eriazos cubiertos de vallas publicitarias, estaciones intermodales donde transita gran parte de la población trabajadora, subterráneos deshabitados, muchas veces escenarios de intercambios, pasarelas que unen grandes proyectos habitacionales, hoy en desuso; en fin, un sinnúmero de ejemplos de espacios alternativos que están presentes en la ciudad y que de alguna u otra manera se encuentran en nuestros recorridos diarios y que muchas veces atravesamos y que nos recuerdan, como vestigio, las promesas de la modernidad.

Entonces, la heterotopía de estos lugares (o no lugares) está dada en la medida en que representan espacios de habitabilidad abstracta, donde es difícil definir un uso específico para ellos, pero esto no impide que establezcan un diálogo con el sujeto que transita la ciudad. Es más, el diálogo que se establece pareciera indicar una naturalidad con el entorno, una cuasi invisibilización, altamente operativa, de sitios que existen y son utilizados de manera inconsciente, donde nadie parece recordar cuál es su uso exacto.

Andrés Durán, "Mirador", MNBA, 2011, cortesía del artista.

Andrés Durán, “Mirador”, MNBA, 2011, cortesía del artista.

III. Habitabilidad y tránsito

La obra Mirador del artista Andrés Durán, expuesta en la muestra “Ejercicios para distraer la mirada” (Museo Nacional de Bellas Artes, 2011), puede ser vista como un paradigma dentro de lo que son estos espacios otros y no lugares de los que ya hablábamos. Así, estos retratos de lugares de habitabilidad improvisados detrás de mega estructuras de los carteles publicitarios dan cuenta de un espacio, más que marginal, alternativo a las soluciones de descanso y habitación que ofrece la capital a sus habitantes. Espacios heterotópicos en el sentido de que representan lugares desviados del funcionamiento institucional, como también, representan ‘estilos’ de vida fuera de norma, en la medida que el sujeto que habita estos lugares quiebra la utopía de la ciudad moderna. Una vuelta de tuerca a la sistematicidad de la planificación urbana que promete un habitar ‘digno’ para todo ciudadano.

Estas grandes estructuras metálicas que sirven, por el anverso, de promotores de estilos de vida y sueños, por el reverso sirven de modo de habitación, siendo el claro ejemplo a las lógicas del capitalismo y su producción de marginalidades, en tanto que la estructura es a la vez, producto y victima. O, como lo dirá Pablo Campo en Periferia: heterotopía del no-lugar: “así, sin darse cuenta el telespectador entra y sale aceleradamente de la ciudad guiado por una serie de informaciones publicitarias que hace imposible captar la presencia de algún límite”.

De manera similar, proyectos como “Post-it city” 2 o “Ciudades Ocasionales” cartografían manifestaciones alternativas a la promesa de la ciudad moderna. Casas que surgen en lugares destinados para la publicidad –al modo de Durán–, proyectos habitacionales o de esparcimiento que rescatan terrenos o proyectos que alguna vez representaron grandes paradigmas de modernidad para las grandes ciudades, asentamientos transitorios. Pensemos, por ejemplo, en Balneario Mapocho River (2007), pequeño gesto donde Spam_arq 3 –revista independiente– dispuso una serie de reposeras –al más estilo playero– en la rivera del Río Mapocho, enfatizando los usos alternativos que recibe el hito que cruza todo Santiago de oriente a poniente: en este caso, la habitabilidad de adolescentes sin hogar que utilizan la rivera del río como hogar alternativo.

Otro forma de visibilización de estos espacios ‘otros’ que componen los recorridos de la ciudad de Santiago son las exposiciones de Galería Temporal, aunque acá nos interesa más el gesto de poner en evidencia esas vitrinas olvidadas en antiguas galerías de Santiago, que las obras allí expuestas. En el gesto de Galería Temporal se articulan lógicas similares a la obra de Durán: la desarticulación de espacios ‘de mercado’ (publicidad o venta), para dar cabida a lugares que coexisten con el tránsito de las personas y la invisibilidad de estos; volvemos de nuevo al concepto de heterotopía, donde lugares destinados para el capitalismo, pasan a ser sitios de uso alternativo.

 

IV. Algunas conclusiones
Spam_arq, registro "Balneario Mapocho River", 2007, cortesía Spam_arq.

Spam_arq, registro “Balneario Mapocho River”, 2007, cortesía Spam_arq.

Pareciera que la discusión de arte actual, en relación con los problemas de regionalismo y de centralización, está siempre reivindicando el lugar de ese otro lejano y desatendido por las políticas públicas y culturales del país, pero se está olvidando de esos ‘espacios otros’, aquellos sitios desviados que siguen existiendo en la capital y que no responden a las lógicas del sueño capitalino donde todo lo que está en el centro (capital) es visible. Lugares que muchas veces pasan desapercibidos bajo el mito de la vida en la capital, donde todos tienen un lugar. De esta forma, la capital es una de las más grandes generadoras de esos ‘lugares otros’ en la medida en que, en el marco de su promesa moderna del capitalismo, permite el surgimiento de periferias y marginalidades –en tanto margen. Además de vidas alternativas que no responden a las normas de habitabilidad y tránsito que el centro espera.

Consecuente con esto, el surgimiento de habitabilidades transitorias en la periferia de la ciudad, como también el tránsito en los márgenes de lo normativo responde a una lógica de inestabilidad de la ciudad moderna, algo que Ocampo definirá: “existe periferia cuando el uso y el significado de la ciudad se desequilibran”.

Ahora, la pregunta por la periferia también instala la pregunta por las identidades de las regiones de nuestro país –y propio del proceso de regionalización–, aquellos lugares alejados de la capital que parecieran sucumbir ante una simplificación de sus identidades, en tanto que son reducidas a ‘simples’ características propias de cada área, imposibilitando pensarlas como potenciales ciudades modernas. Algo así como un entrampado propio de cada región –no autogenerado, por supuesto.

  1. Auge, Marc. Los no lugares”, 1993, pag. 63
  2. “Pos-it City es un proyecto colaborativo, dirigido por Martí Perán, itinerante que explora las ocupaciones temporales en espacio público. Para mayor información revisar: https://www.ciutatsocasionals.net/textos/textosprincipalcast/marticataleg.htm
  3. Spam_arq es una revista independiente que explora, por medio de la imagen y el ensayo, las diferentes manifestaciones de la ciudad actual. Para mayor información, revisar: https://www.spamarq.org/

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