Arte y Crítica

Críticas de Arte - febrero 2015

El nepotismo ilustrado. Sobre Centro Cultural Casa Lobo

por Daniel Reyes León

Pocos artistas tienen la libertad de León & Cociña para hacer su trabajo. Silenciosos, y casi sin posibilidades de que la prensa cubra sus muestras –debido a que realizaron seis durante el pasado año–, han propuesto en su propio agotamiento, una salida donde han radiografiado uno de los problemas endémicos de nuestra escena artística local: el nepotismo.

León & Cociña presentaron la muestra “Centro Cultural Casa Lobo” (CCCL) en el Centro Cultural de España (CCE). En paralelo encontramos la exposición de Valcárcel Medina con un trabajo de obra secundaria que poco tiene que ver con el nepotismo ilustrado de esta crítica. En el CCE se instala el CCCL como una descarada parodia al mismo hecho de los centros culturales. Pero no solo allí encontramos la tan anhelada y temida tautología, sino también en el hecho que todos los que exponen en el marco de la obra de León & Cociña, se apellidan igualmente León y Cociña y, además, son todos de género masculino.

 

Así, en una primera parte de la muestra, denominada “Sangre y Mérito I” (que duró alrededor de tres semanas), pudimos ver las manualidades de León (Víctor, el padre de Cristóbal León), junto a los videos de la orquesta de poetas donde participa Cociña (Carlos, el padre de Joaquín Cociña).

En una segunda parte de la exposición, “Sangre y Mérito II”, nos encontramos con los dibujos de León (Alejandro, hermano de Cristóbal), y los de Cociña (Vicente, hermano de Joaquín). Ambas muestras van acompañadas de la proyección e instalación del set del proyecto fílmico Casa Lobo, del cual hemos visto al menos cinco o seis muestras en el último año.

 

Fotograma de "Casa Lobo", película en construcción de León&Cociña. Cortesía de los artistas.

Fotograma de “Casa Lobo”, película en construcción de León&Cociña. Cortesía de los artistas.

De esta forma, los seis artistas se configuran en el nepotismo ilustrado, se pliegan a visibilizar lo que con tanto esmero, muchos otros se encargan de ocultar o de, al menos, bajar el perfil. Ese nepotismo tan propio de la historia del niñito Larraín matando gente en el sur, de los Zaldivar apitutando gente en el gobierno, o de los hijos, sobrinos o primos de, que se encargan de tomar puestos de poder –simbólico o no– en las cientos de municipios locales. Para centrarnos en lo que nos compete, es cosa de revisar las famosas casas de la cultura, los puestos de confianza y los círculos relacionados a las estafas que horadan la demografía nacional.

Pocos se salvan, la añorada meritocracia, al pasar los años, sigue siendo una utopía en un no lugar. Y es así como el título “Sangre y Mérito”, ya no solo es humor negro, sino la aplicación, a vista de todos y condescendiente, de algo que parece naturalizado en el mundo del arte, donde las buenas prácticas de museos, revistas e instituciones parecieran ser tan ajenas como la misma necesidad de mérito.

 

Así como la pirotecnia ilustrativa de Papas Fritas pretende hacer denuncia con un pobre argumento conceptual y un gran populismo mediático en el MAC de Quinta Normal, León & Cociña se repliegan al sarcasmo más duro y coluden a su familia a participar de este simulacro autoral, donde los calces siguen siendo perfectos, donde la nominación coincide con el absurdo acto de centroculturizar una muestra en un centro cultural, para luego blindar la participación en una filigrana genealógica.

Dos cosas coinciden en la táctica de “Centro Cultural Casa Lobo”, una negación del mercado –o confianza en la herencia– y la parodia al valor de familia que ha desplegado nuestra aristocracia desde la Colonia. Ambos factores que podrían definir perfectamente la noción de autonomía –que la última Bienal de Video y Artes Mediales dejó solo para su título–, así como la relación del arte contemporáneo con la crítica.

Leon y Cocina trabajando en el set montado durante la muestra "Centro Cultural Casa Lobo", en el Centro Cultural de España

Leon y Cociña trabajando en el set montado durante la muestra “Centro Cultural Casa Lobo”, en el Centro Cultural de España

 

Por su parte, el video central, avance de unos 20 minutos de duración del largometraje Casa Lobo, continúa esta saga cada vez más extensa en la que los personajes se arman y desarman, así como la misma historia narrada. La combinación de narración fílmica y muestra estacionaria de un centro cultural, ha derivado este trabajo en proceso a una especie de comic, en la que cada exposición parece una viñeta a página completa. Así como alguna vez Camnitzer decía que coleccionaba museos, y no los museos a él, León & Cociña van coleccionando instituciones de arte en el desarrollo de su largometraje.

En una astuta táctica de producción, hilvanan perfectamente el quehacer artístico y la producción cinematográfica, utilizando cada espacio como un set, como un lugar donde agregar minutos a la película y, de paso, despliegan exposiciones que se desentienden progresivamente de los temas propios de una escena agotada y renovada mil veces. En este caso, y al amparo actual del Fondo Audiovisual para la producción del largometraje, su independencia de los circuitos artísticos los hace cada vez más lúcidos en el despliegue de un humor negro que no apunta a la obra, sino más bien a radiografiar la escena local desde su propia experiencia reciente.

más información: https://leoncocina.com/centro-cultural-casa-lobo/

Categoría: Críticas de Arte

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